Un amor que une dos mundos.
Adribeth, una venezolana de gran corazón, y Carles, un catalán de profundas raíces, decidieron sellar su unión en el Castell de Caramany, un lugar emblemático que fue testigo de su historia de amor. La conexión entre ellos era clara y profunda, y quisieron que su boda reflejara la esencia de su unión.
Desde el primer momento en que comenzamos a hablar, tuvimos una gran conexión. Su energía y entusiasmo hicieron que todo fluyera perfectamente durante la celebración. Cada detalle, desde la ceremonia hasta las emociones compartidas, fue un reflejo del amor profundo y la complicidad que los une.
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